Don Buto es un señor muy especial.
Un señor a la antigua.
Un señor que viste traje y lleva sombrero.
Hasta aquí Don Buto es un señor a la antigua
como cualquier otro señor a la antigua;
pero dije que es muy especial
y lo que lo hace especial,
es un detalle de su vestimenta:
Don Buto, en lugar abrochar flores en su ojal,
todas las mañanas antes de salir de su casa,
se abrocha un cuento,
que elige según el clima
o el humor con que se levante.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Cuento olvidado

Cuando Don Buto sale a pasear con su nieta, seguro que olvida llevar un cuento en su ojal. Es que con Ebe le alcanza y le sobra para volverse loco, sobre todo cuando llega a la casa de su abuelo prendida del brazo de su amiga Nina. Cuando eso ocurre Don Buto respira hondo, se llena los bolsillos de caramelos y se vuelve todo oídos:

Nina: No sabés qué lindo que es el perro de Julián. Requete lindo...como Julián.

Ebe: Yo vi uno igual por la tele.

Nina: Tiene unos oojitooosss re lindos, re brillantes... como los de Julián.

Ebe: El de la tele los tenía azules.

Nina: Tiene unas manitos re-suavecitas, así deben ser las de Julián ¿no te parece?

Ebe: Los perros no tienen manos.

Nina: Sí tienen, las patas de adelante son las manos de los perros.

Ebe: El que vi en la tele era color gris con manchas blancas, parecía hecho de nieve.

Nina: El de Julián es morocho como Julián.

Ebe: No hay perros morochos nena.

Nina: Sí hay.

Ebe: No hay.

Nina: Sí que hay el de Julián es morocho y con rulitos....como Julián.

Ebe: El de la tele tenía las orejas muy paradas para escuchar lejos porque esos perros cazan para comer.

Nina: El de Julián tiene unas orejitas re chiquititas como las de Julián.

Ebe: Mi mamá me dijo que cuando nacen toman la teta como mi hermanito ¡Qué asco!

Nina: Mi mamá me dijo que puedo invitar a Julián a tomar la leche ¡Qué lindo!

Ebe: ¿Puedo ir yo también?

Nina: No.

Ebe: ¿Por qué?

Nina: Porque no.

Ebe: Por qué no, nena.

Nina: Porqueeeee...porqueee...en mi casa hay poca leche.

Ebe: Ah!... bueno. El perro de la tele tenía la cola larga, larguísima, larguísima, terminada en un vueltita que hacía un círculo.

Nina: Ay síii...el de Julián la tiene re-peludita.

Ebe: Sí ya sé...¡como la de Julián!

Nina: ¡Tonta!


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