Don Buto es un señor muy especial.
Un señor a la antigua.
Un señor que viste traje y lleva sombrero.
Hasta aquí Don Buto es un señor a la antigua
como cualquier otro señor a la antigua;
pero dije que es muy especial
y lo que lo hace especial,
es un detalle de su vestimenta:
Don Buto, en lugar abrochar flores en su ojal,
todas las mañanas antes de salir de su casa,
se abrocha un cuento,
que elige según el clima
o el humor con que se levante.

domingo, 29 de agosto de 2010

Un domingo

Aquel domingo Don Buto se levantó temprano, tan pero tan temprano que cuando se asomó a la ventana lo único que vio fue oscuridad y nada más que oscuridad. Se preguntó por las estrellas y por la luna también, y concluyó que ya se habrían acostado y que el sol se había quedado dormido. Pero no. Ni lo uno ni lo otro. Lo que ocurría era que el día sería gris, casi negro de tan gris.
Don Buto se preparó un cafecito con leche y se paró frente a la ventana a esperar, porque el estado del tiempo era en su vida algo fundamental. Como nada sucedía salió al patio y miró al norte, después al sur después al este y por último al oeste, y al ver que por ningún lado amenazaba asomar ni el más pequeño rayito de sol, se sintió muy tranquilo porque nada intranquilizaba más a Don Buto que los cielos indecisos. Así que silbando una vieja canción entró en la casa, abrió el cajón de los cuentos, y eligió uno gris para el ojal de su saco.
Como Don Buto es un señor muy ordenado no le fue difícil encontrar el cuento gris que buscaba, un cuento gris muy gris casi negro, sin un solo rayito de sol asomando, por pequeñito que fuera. Después Don Buto se fue para la plaza con una bolsita de semillas en el bolsillo, se sentó en el banco de siempre, hizo una montañita con las semillas y se quedó esperando que despertaran los pájaros.
Entretanto se entretenía en controlar hacia el norte hacia el sur hacia el este y hacia el oeste, que no fuera a aparecerse ningún rayo de sol, la mañana se fue yendo sin que ningún pájaro apareciera, ningún caserito, ni siquiera un gorrión, mientras una llovizna que apenas se veía iba humedeciendo la montañita de semillas y la mano de un chico pedía monedas.


1 comentario:

  1. Gracias Leo, recibí tu correo, acá lo pego para que puedas verlo en el blog.
    Marianela

    "q tal marianela, don telmo hizo llegar a mis ojos el blog de cuentos en el ojal, te mando el comentario por aca porque en el blog me pedia unas cosas para comentar que no tengo idea de q se tratan.. bueno.. paso a pegar el comentario:
    primero que nada es un honor inaugurar el blog!!
    del cuento me gusto el paralelismo entre la importancia del clima para don buto, y la mencion al niño pidiendo como un dato observado a ultimo momento.
    la importancia del clima, a veces, sirve como
    tema para romper el hielo o para hablar de algo.
    en este cuento, a mi forma de ver, parece q don buto se siente mejor sabiendo lo q le depara un cielo tormentoso, a la incertidumbre y la angustia que desata la mano de un nene pidiendo monedas...
    leo peretti"

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